DIABETES MELLITUS; CUANDO TU MASCOTA SE VUELVE DEMASIADO... DULCE.

Sara de la Orden Herrero
Graduada en Veterinaria.
¡Sí! los animales también pueden sufrir diabetes al igual que las personas. La diabetes mellitus es una enfermedad endocrina que se caracteriza por un excesivo aumento de glucosa en la sangre y que además afecta a un considerable porcentaje de animales, entre ellos, a nuestros queridos perros y gatos. Por ello, hablaremos brevemente de este problema que a veces puede pasar desapercibido.
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Muchos han sido los autores que han investigado esta enfermedad desde el siglo II d.C, pensando que se trataba de un problema de los riñones, ya que las personas que enfermaban "bebían sin saciarse" y orinaban en grandes cantidades; pero fue en la Edad Media cuando se apreció por primera vez que la orina de los enfermos de diabetes Mellitus tenía un sabor dulce (no me preguntéis por qué les daría por probar la orina...). Cuando el cuerpo humano comenzó a estudiarse aún con más detenimiento, se observó que en estas personas el páncreas aparecía "enfermo"; por lo que, años más tarde, dedujeron que, si el contenido del páncreas de una persona sana era inyectado en un paciente enfermo, el problema se resolvería. La primera en experimentar esto, fue una perrita diabética llamada Marjorie, en 1921. Así se descubrió la insulina.


 
¿En qué consiste esta enfermedad?
 
Existen distintos tipos de diabetes, pero hoy nos centraremos solamente en una: diabetes mellitus.
Es un trastorno metabólico muy importante en el que la glucosa (fuente de energía celular) no puede ser debidamente transportada al interior de las células y sus niveles en sangre no pueden ser regulados, acumulándose (hiperglucemia). 
 
La insulina es la encargada de "llevar" esta glucosa al interior de las células y regular su cantidad en la sangre; esta hormona es "fabricada" en un órgano muy importante: el páncreas. Cuando el páncreas no sintetiza suficiente insulina, tenemos un gran problema... nuestro perro o gato se está convirtiendo en un... ¡caramelito!


 
A pesar de lo que pueda parecer, es un problema MUY SERIO en el que un diagnóstico precoz, un correcto tratamiento y un incansable seguimiento son esenciales para el control de esta enfermedad. 
 
¿Mi gato o perro es diabético? Síntomas:
 
Como ya se observó hace muchos siglos en personas diabéticas, los animales que sufren esta enfermedad también beben mucho agua y orinan en grandes cantidades, llegando a parecer "obsesionados" por tomar líquidos y orinando todo el día incluso no aguantándose a salir a la calle para hacerlo fuera. No hace falta probar la orina de nuestro perro diabético para saber que está dulce (como hicieron en la Edad Media), porque hemos comprobado que nuestras zapatillas se quedan algo pegadas al suelo donde justo antes se le ha escapado la orina a Thor. Esta orina está cargadita de glucosa.
 
Otro síntoma que observamos en estos pacientes es que su apetito aumenta considerablemente. ¡"Garfield" se ha comido mi rico salmón que tenía encima de la mesa en un despiste! ¡y aún me pide más comida! Puede parecer que un animal que tiene mucho apetito goza de buena salud, pero a veces puede no ser así; además, si come tanto ¿por qué estará Garfield perdiendo peso tan rápido? 
 
También se observan, sobre todo en los gatos, signos neurológicos como el llamado plantigradismo en las extremidades posteriores; esto es, para poner un ejemplo gráfico, que nuestra mascota anda como un auténtico pato.


 
Muchas veces no sabemos si ciertos comportamientos de nuestros compañeros peludos son normales o pueden ser un síntoma de una enfermedad, por ello y por muchas cosas más, siempre aconsejo que si alguien tiene la duda, lo primero que debe hacer es consultarle a su veterinario, ya que los veterinarios somos las únicas personas que podemos, debemos, y sabemos guiar sobre la salud de las mascotas.
 
Con esto que estoy leyendo aquí, estoy "convencida" de que mi mascota es diabética, ¿y ahora qué?
 
Nadie, ni siquiera el veterinario al que hemos acudido, puede asegurar que tu mascota tenga diabetes con el hecho de aparentar tener todos los síntomas (a veces suena el río y en vez de llevar agua, en su lugar puede traer vino). Hay muchas enfermedades que pueden compartir ciertos síntomas, por ello, es preciso llegar a un diagnóstico certero mediante pruebas de laboratorio . El veterinario realizará una exploración general a nuestra mascota y con toda seguridad, le extraerá sangre, para saber si, efectivamente, Garfield, que está últimamente tan "raro", es diabético.


 
Tratamiento:
 
El tratamiento para esta enfermedad está relacionado con la inyección diaria de insulina, un manejo especial y estricto de la alimentación y ejercicio, siguiendo las pautas que nos de nuestro veterinario. Es vital para un paciente con diabetes que sus amigos humanos se comprometan con él a la hora de proporcionarle un tratamiento crónico que exige de unos horarios fijos y unas pautas de alimentación estrictas.
 
Ya han diagnosticado a mi mascota y la estamos tratando, ¿está todo hecho? NO.
 
El camino hacia la estabilización de la glucemia (niveles de glucosa en sangre) empieza aquí; puede resultar costosa y a veces podremos pensar en tirar la toalla, ¡PERO NO! es una enfermedad que, por suerte, podemos estabilizar con fármacos y un manejo correcto de la alimentación; nuestra mascota podrá tener una calidad de vida estupenda, así que no hay que desesperar. 
 
Para determinar, finalmente, la dosis de fármaco que necesita nuestra mascota para que su glucemia se estabilice, es indispensable una continua comunicación con el veterinario que está llevando el caso. 
 
Puede ser que el veterinario nos hable de que tenemos que medirle la glucemia en casa a nuestro animal con un aparatito (glucómetro) con dos intenciones: identificar subidas (hiperglucemias) y , sobre todo, bajadas de glucosa (hipoglucemias, más peligrosas) cuando a nuestro animal lo notemos mal para poder actuar en consecuencia o para hacer unas "curvas de glucemia", que el veterinario estudiará para ajustar la dosis de insulina. Si puede ser, es mejor que las mediciones se realicen con el animal tranquilo en el entorno cotidiano de su casa, puesto que si se realizan estas mediciones en la clínica , con el estrés, nuestra mascota puede elevar la cantidad de glucosa en sangre e interferir de manera leve, pero a veces significativa, en los datos obtenidos.


 
Pronóstico:
El pronóstico de los animales que sufren esta enfermedad y que son tratados correctamente es bueno; aunque en raras ocasiones la enfermedad acaba remitiendo, podremos conseguir una calidad de vida estupenda para nuestro amigo.
 
Si la enfermedad no se trata, o incluso el diagnóstico es tardío, esta diabetes puede afectar a otros órganos como los ojos o los riñones o incluso acabar con la vida de las mascotas.